—¡El cielo va a caerse, Leandro! ¡No tenemos salvación!
—¿De qué hablas, Ignacio?
—Las leyendas lo dicen: ¡El Ragnarok, el apocalipsis, el fin de los tiempos!, ¡Nos vamos a morir!
—Es un fenómeno en la exosfera. Eso es todo.
—¡El cielo nos aplastará!
—Calma. Cuando ocurren explosiones solares muy grandes, millones de partículas bombardean la Tierra y eso afecta el campo electromagnético del planeta.
—¿Explotan?, ¿bombas?
—Es una forma de decirlo. Las partículas son efectos de las llamaradas solares.
—Eso es mentira. Si fuera fuego, el cielo estuviera pintado de amarillo
—No llegan llamas, sino partículas, Ignacio.
—¿Y como te explicas tantos colores?
—Reciben el nombre de «auroras». No va a pasar nada.
—¿Estás insinuando que la Tierra durará para siempre?
—Deja de usar conmigo la falacia del «hombre de paja». Yo no he dicho eso. Lo que sí es seguro es que al convertirse el Sol en una enana roja, la Tierra y el resto de los planetas van a desaparecer.
—A ver, ¿y cuándo será eso?
—Dentro de cinco mil millones de años, más o menos.
—Ahí está, vamos a morir pronto.
—¡Claro que no, chico!
—Claro que sí, porque estás contando desde que escribieron la Biblia. ¿Y si la cuenta comenzó antes de eso y el fin es hoy?
—Hay religiones anteriores al cristianismo y las creencias no tienen nada que ver.
—¿Más antiguas? ¡Con más razón! ¡Hoy es el día! ¡Me largo!
—¡Ven acá, quédate quieto que…!
Ignacio corre y resbala. Al golpearse contra el suelo, pierde el conocimiento. Leandro intenta socorrer a su amigo, pero cae sobre él. Un policía que observa a los hombres se acerca a ellos y nota que están vivos, aunque inconscientes.
—¡Buenas, buenas! Parece que se nos han pasado de copas durante los fuegos artificiales, ¿Ya descifraron el asunto del cielo o necesitan un poco de ayuda? —dice el oficial, intentando contener la risa—.
San Antonio de Escazú, 19 de febrero de 2023
Imagen de Janina Bienkowski – Pixabay